AUTOR: Janet Queffelec Padrón
La posibilidad de una interrupción de los suministros de petróleo y gas natural por parte de Rusia, como una respuesta de este país a las sanciones impuestas por Occidentea raíz de la guerra en Ucrania, es una amenaza latente para el mercado mundial, no solo en cuanto al abastecimiento, sino también al incremento de precios que afectará a los consumidores.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) subrayó en un comunicado del 1 de abril que “Rusia juega un papel descomunal en los mercados energéticos mundiales” al ser “el tercer mayor productor de petróleo del mundo y el mayor exportador”, a la vez que advirtió que los inventarios comerciales se encuentran en el nivel más bajo desde 2014.
Diariamente, este país exporta unos 5 millones de barriles diarios de crudo que representan un 12% del comercio internacional. Un 60% de las exportaciones las destina a Europa y 20% a China. Mientras que sus exportaciones de productos derivados se elevan a 2,85 millones de barriles diarios lo que significa un 15% del comercio mundial de refinados.
Las estimaciones de la AIE señalan que la demanda mundial de petróleo se reducirá este año en 950 mil barriles por día. En este escenario, 31 países miembros de la AIE anunciaron el 1 de abril una nueva liberación inicial de 62,7 millones de barriles de las reservas de emergencia de petróleo, con miras a estabilizar el mercado energético mundial. Esta es la mayor liberación de existencias en toda la historia de la AIE, mucho mayor a las realizadas en 1991, 2005 y 2011. Cabe apuntar que la AIE cuenta con una reserva de emergencia de 1.500 millones de barriles de petróleo.
En la reunión extraordinaria del 1 de abril, la Agencia recomendó a gobiernos y consumidores a mantener e intensificar los esfuerzos de conservación y ahorro de energía. En tal sentido, publicó el Plan de 10 Acciones para que las economías avanzadas bajen la demanda de petróleo en 2,7 millones de barriles por día en los próximos cuatro meses, con lo cual se contrarrestaría un déficit de al menos 2,5 millones de barriles diarios si se corta el suministro de Rusia desde el mes de abril.
Asimismo, la AIE anunció que los ministros evaluaron la alta dependencia de Europa del gas natural ruso, por lo que plantearon la necesidad de acelerar un diálogo global entre la Agencia y los productores de gas, con el fin de garantizar un suministro seguro, asequible y confiable. En la agenda se incluyó al GNL (gas natural licuado). Hay que referir que la AIE publicó el 3 de marzo una guía de 10 acciones para reducir la dependencia de la Unión Europea del gas natural ruso para el próximo invierno, por lo que se activó una estrecha colaboración con la Comisión Europea.
La AIE informó que el gasto mensual en productos derivados del petróleo para el transporte y la calefacción en enero y febrero “aumentó más de 40 dólares por hogar (casi un 35 %) en las economías avanzadas y casi 20 dólares por hogar (más del 55 %) en las economías emergentes y en desarrollo en comparación con los niveles del año pasado”.
En este contexto, estima que “existe un riesgo real de que los mercados se ajusten aún más y los precios del petróleo aumenten significativamente en los próximos meses a medida que el mundo ingrese a la temporada de mayor demanda de julio y agosto”.
Con respecto a la decisión anunciada en la 27ª Reunión Ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep +) de aumentar apenas 432.000 barriles diarios a partir de mayo, la AIE consideró que tal acuerdo fue decepcionante.
Estados Unidos hace liberación histórica de reservas
El 31 de marzo, Estados Unidos anunció la liberación histórica de un millón de barriles diarios para los próximos seis meses, provenientes de Reserva Estratégica de Petróleo, con el propósito de frenar el alza de precios en las estaciones de servicio o gasolineras debido al bloqueo en la importación de petróleo ruso.
La segunda parte de este plan plantea la independencia energética de EE.UU. mediante el uso de energía limpia, con lo cual se romperá la dependencia de las importaciones de hidrocarburos. El presidente Joe Biden se ha propuesto, además, incentivar a los privados a incrementar la producción en al menos un millón de barriles diarios.
Cabe referir que Rusia aporta el 8% de las importaciones de petróleo de EE. UU -por detrás de Canadá y México- al enviar 700.000 barriles diarios de crudo, mientras que el 20% de exportaciones rusas de productos refinados van dirigidas al mercado estadounidense.
Países europeos activan planes de emergencia
El gas ruso natural abastece el 40% del mercado europeo y 55% en Alemania. En este contexto, el 30 de marzo el gobierno alemán puso en marcha la primera etapa de alerta temprana de un plan de emergencia del gas que prevé tres niveles, como medida preventiva ante un posible corte de abastecimiento por parte de Rusia, aunque el ministro de Economía, Robert Habeck, aseguró que por los momentos no había “cuellos de botella en el suministro”. No obstante, también advirtió sobre la necesidad de elevar las medidas de precaución si Rusia inicia una escalada en el conflicto con Occidente.
El gobierno alemán asegura que por los momentos no habrá limitaciones en el suministro estatal y que el plan de emergencia plantea la conformación de un equipo de crisis para vigilar la situación. Además, llamó a la población a ahorrar combustible y energía, tomando en cuenta que el país tiene reservas de gas de 25%. Cabe destacar que Alemania en 2020 importó 42,6 mil millones de metros cúbicos de gas ruso, según la Agencia Internacional de Energía.
Italia también es un importante mercado para el gas ruso con compras que alcanzaron los 29,2 mil millones de metros cúbicos para 2020.
Austria igualmente puso en marcha la alerta temprana de un plan de emergencia energética, como previsión ante un posible corte de envíos de gas.
Putin: Europa tendrá gas si abre cuentas en banco ruso
En marzo, el presidente ruso Vladimir Putin dio un ultimátum y exigió a los “países no amistosos” pagar el gas en rublos. Sin embargo, el 31 de marzo Putin señaló que permitirá a la Unión Europea, y todos los países considerados hostiles, cancelar en euros los pedidos de gas, pero puso como condición la apertura de cuentas en el banco Gazprombank para su cambio en rublos.
Hay que recordar que para aumentar la presión sobre Rusia y lograr el retiro de sus tropas de Ucrania, el 26 de febrero se produjo el bloqueo de algunos bancos rusos de la Sociedad de Telecomunicación Financiera Global Interbancaria (Swift, por sus siglas en inglés). La medida fue acordada por Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y el Reino Unido, y con ello algunas instituciones bancarias rusas quedarán desconectadas del sistema financiero internacional y tendrán dificultades para realizar operaciones globales.
La advertencia de Putin ha provocado, por un lado, un alza sustancial que superaba el 30% en los precios a futuro del gas para finales de marzo, ocasionando igualmente incrementos en los costos de energía y carbón.
Por otra parte, el G7 (integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) declaró el 28 de marzo como inaceptables las demandas de Putin, por considerar que representan una ruptura unilateral de los contratos ya firmados, a la vez que instaron a las compañías a no cancelar los pedidos en rublos.
Inflación alcanza niveles récord
Una consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania es el aumento de precios. La inflación interanual ha alcanzado niveles récord en Alemania con 7,3% en el mes de marzo por el alza en los combustibles, energía, bebidas no alcohólicas y alimentos; un registro que no se había alcanzado desde 1981, antes de la reunificación del país.
El Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) pronostica una inflación de hasta 10% en caso de que Rusia cierre el suministro de gas a Europa. El presidente de DIW, Marcel Fratzscher, opina que es importante que los gobiernos alerten a la población sobre la posibilidad de que en el transcurso de los próximos dos años se haga necesario el ahorro sustancial de calefacción y de gasolina, así como el cierre temporal de empresas que requieren de un gran consumo de energía.
España tampoco ha escapado a esta situación con una tasa de inflación de 9,8% en marzo, la más alta desde 1985, de acuerdo a informaciones suministradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por ello, el Consejo de Ministros del gobierno español aprobó a fines de marzo el Plan Nacional de Respuesta a la Guerra, con “medidas urgentes para mitigar los efectos de la guerra en Ucrania, apoyar a los colectivos más vulnerables y a los sectores productivos más afectados, garantizar los suministros y bajar los precios de los combustibles y la electricidad”, reseña la página oficial de La Moncloa.
Este plan contempla la movilización de 16.000 millones de euros de recursos públicos, de los cuales 6.000 millones se destinarán a ayudas directas y rebajas de impuestos, y 10.000 irán a una nueva línea de avales gestionados a través del Instituto de Crédito Oficial.
La subida de precios se venía registrando desde el año pasado en la eurozona, como consecuencia de la pandemia del Covid-19 que provocó fallas en las cadenas de suministros. Para noviembre se reportaba un aumento de 4,9%.