Incursión militar rusa en Ucrania marca el inicio de una nueva era global

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Incursión militar rusa en Ucrania marca el inicio de una nueva era global

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AUTOR: Janet Queffelec Padrón

El mundo está a punto de iniciar una nueva era en las relaciones internacionales, tras el despliegue militar de Rusia en Ucrania desde el pasado 24 de febrero. Por un lado, estarán las naciones que defienden la libertad y la soberanía, y por el otro el proyecto del presidente ruso Vladimir Putin de imponer un nuevo orden geopolítico en Europa, echando por tierra las políticas de seguridad que tanto Naciones Unidas como la Unión Europea (UE) han construido por años, luego de la Segunda Guerra Mundial.

Esta advertencia la hizo el canciller alemán Olaf Scholz, quien el 27 de febrero durante una sesión extraordinaria de la cámara baja del parlamento, el Bundestag, señaló que Putin pretende erigir nuevamente un imperio o reproducir lo que fue la Unión Soviética, anexionándose territorios como hizo su nación en el pasado, lo que supone un retroceso de al menos 80 años.

En su intervención, Scholz alertó que la pretensión de Putin no solo busca “borrar un país independiente del mapa”, sino también destruir el orden de seguridad en la región y que tiene como cimiento principal el Acta Final de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, conocida como Acta Final de Helsinki y que se firmó en 1975 en Finlandia.

Cabe destacar que este documento fue suscrito por la Unión Soviética, entre otros países participantes que adoptaron una declaración de principios que han regido las relaciones entre sí en los últimos 47 años, destacando la igualdad soberana y el respeto de los derechos inherentes a la soberanía, la abstención de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza, la inviolabilidad de las fronteras, la integridad territorial de los Estados, el arreglo de las controversias por medios pacíficos y la no intervención en los asuntos internos.

Dicha declaración destaca que los países signatarios deberán “abstenerse de todo uso de fuerzas armadas incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y las disposiciones de la Declaración sobre los Principios que Rigen las Relaciones entre los Estados Participantes, contra otro Estado participante y en particular de la invasión o del ataque de su territorio”, así como de “abstenerse de cualquier manifestación de fuerza con el propósito de inducir a otro Estado participante a renunciar al pleno ejercicio de sus derechos soberanos”.

UE entregará armas y aviones de combate

Para la ministra de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Liz Truss, la incursión de Rusia marcará un nuevo camino en las relaciones internacionales y significará el comienzo de un conflicto bélico de larga duración. «Me temo que esto será largo, que podría durar varios años. Rusia tiene fuerzas poderosas y sabemos que los ucranianos son valientes, están decididos a defender su soberanía e integridad territorial y están decididos a luchar», indicó Truss.

En este escenario, el 27 de febrero la Unión Europea acordó, por primera vez en su historia, entregar de manera conjunta armas y aviones de combate al ejército de Ucrania. «Hemos decidido utilizar nuestras capacidades para dar armas, armas letales, asistencia letal al Ejército ucraniano, por valor de 450 millones de paquete de apoyo, y 50 millones más para suministros no letales, como combustible y equipos de protección», precisó el alto representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell.

La respuesta de Rusia no se hizo esperar. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que “el envío de armamento, equipos militares al territorio de Ucrania, puede ser y será un factor extraordinariamente peligroso y desestabilizador, que en ningún caso contribuirá a la estabilidad de Ucrania ni a restablecer el orden».

Adicionalmente, Putin puso en alerta a las fuerzas de disuasión nuclear como reacción a las declaraciones “agresivas” de Occidente y las sanciones económicas contra su nación, lo que generó alarma en el mundo ante el temor de que se inicie una guerra nuclear a gran escala.

“Los países occidentales no solo están tomando medidas hostiles contra nuestro país en la esfera económica, sino que altos funcionarios de los principales miembros de la OTAN hicieron declaraciones agresivas respecto a nuestro país”, expresó Putin, tras ordenar al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor, Valeri Gerásimov, que pusieran a las fuerzas de disuasión nuclear en un “régimen especial de servicio de combate”.

Negociaciones

El lunes 28 de febrero se iniciaron las negociaciones entre Rusia y Ucrania. Las delegaciones de ambos países se reunieron en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, cerca del río Pripiat. El Gobierno de Ucrania exigió el alto al fuego y el retiro de las tropas rusas.

Mientras tanto, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski pidió la adhesión inmediata de su país a la Unión Europea, mediante un procedimiento especial. Desde hace ocho años, el país aspira ser incorporado al bloque europeo. Esta solicitud será evaluada por la Comisión Europea.

Este mismo día, Putin conversó por teléfono con el presidente francés Emmanuel Macron, a quien manifestó que el reconocimiento de Crimea como parte de Rusia, así como la desmilitarización y la “desnazificación” de Ucrania son las condiciones preliminares para terminar la incursión en este país. 

Muerte de civiles y refugiados

Cuatro días después de la intervención militar rusa, Zelenski informó sobre la muerte de 4.500 soldados rusos y confirmó el fallecimiento de 16 niños ucranianos y 45 menores de edad heridos. Mientras que la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, precisó que, en cuatro días de la invasión rusa, se registraron 102 civiles muertos.

En este contexto, para el 28 de febrero más de 500.000 ucranianos habían huido a países vecinos – especialmente a Polonia, Hungría, Moldavia y Rumanía- de acuerdo a cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi.

Presión sobre Rusia

En medio del conflicto, la UE cerró el espacio aéreo a las aerolíneas rusas y a aviones privados rusos. Por su parte, reaccionó la prohibición de vuelos para 36 países, entre los que se encuentran Alemania, Francia, España, Italia, Reino Unido y Canadá.

Para aumentar la presión sobre Rusia y lograr el retiro de sus tropas de Ucrania, el 26 de febrero se produjo el bloqueo de algunos bancos rusos de la Sociedad de Telecomunicación Financiera Global Interbancaria (Swift, por sus siglas en inglés). La medida fue acordada por Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y el Reino Unido, y con ello algunas instituciones bancarias rusas quedarán desconectadas del sistema financiero internacional y tendrán dificultades para realizar operaciones globales.

Dos días después, Estados Unidos prohibió a las entidades bancarias y empresas de su país cualquier transacción con el Banco Central de Rusia y con el Fondo Nacional de Inversión Ruso, así como también ordenó congelar los activos en dólares, lo que impedirá a Rusia acceder a sus reservas en moneda estadounidense, en cualquier parte del mundo. Esta medida de ejecuta de forma coordinada con la Unión Europea, Canadá y el Reino Unido.

Por su parte, el Banco Central de Rusia informó que cuenta con el sistema de mensajería financiera SPFS para reemplazar Swift.

Convocan sesión de emergencia

El lunes 28 de febrero fue convocada una sesión especial de emergencia de la Asamblea General de Naciones Unidas, luego que el Consejo de Seguridad de la ONU activara un día antes la resolución Unión Pro Paz, la cual fue aprobada en 1950 y que permite la convocatoria, en un plazo de 24 horas, de un período extraordinario de sesiones de emergencia.

Este mecanismo solo ha sido activado en 10 ocasiones y nuevamente el Consejo de Seguridad se vio en la necesidad de hacer uso de este recurso el 27 de febrero, tras cuatro reuniones en torno a la crisis en Ucrania realizadas en la última semana, sin que se pudiesen llegar a un consenso. Cabe referir que entre esos encuentros se encuentra la reunión realizada el 25 de febrero, durante la cual Rusia vetó una resolución del Consejo que instaba a este país al retiro de sus tropas de Ucrania y a abstenerse de nuevas amenazas y uso ilegal de la fuerza contra cualquier Estado de la ONU. Ese día, hubo 11 votos a favor, de los 15 miembros del Órgano de Seguridad, y tres abstenciones por parte de China, India y los Emiratos Árabes, reseña el portal de Noticias ONU.

Rusia es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, junto a Estados Unidos, China, Reino Unido y Francia. Hay que destacar que el presidente de Ucrania,  Volodimir Zelenski, solicitó que a Rusia se le retirara el derecho a voto en el Consejo de Seguridad.

En su página web, la ONU indica que en la sesión especial de emergencia de la Asamblea General “el organismo mundial puede decidir si usar la fuerza armada, cuando sea necesario, para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales”.

“La mera idea de un conflicto nuclear es simplemente inconcebible”, exclamó el secretario general de la ONU, António Guterres, quien durante la sesión de emergencia advirtió sobre las desastrosas implicaciones para la humanidad de agravarse el conflicto en Ucrania.

“Las fuerzas nucleares rusas se pusieron en alerta máxima. Esto es un hecho escalofriante. La mera idea de un conflicto nuclear es simplemente inconcebible. Nada puede justificar el uso de armas nucleares. Esta escalada de violencia está provocando la muerte de civiles, es totalmente inaceptable. Ya es suficiente. Los soldados deben regresar a sus cuarteles. Los líderes necesitan avanzar hacia la paz”, expresó.

Guterres enfatizó que “la guerra no es la respuesta. La humanidad no puede permitirse el lujo encerrarse en una mentalidad que saca a la luz lo peor de los siglos pasados. La gente en Ucrania quiere y necesita la paz. Creo que la gente en la Federación de Rusia también. Necesitamos paz ahora”.

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