AUTOR: Janet Queffelec Padrón
Un verdadero diálogo en las Américas sin ningún tipo de exclusiones, una nueva relación con Estados Unidos en lo referente al cambio climático, la propuesta de una transición energética en América Latina y convertir a Colombia en una potencia mundial de la vida, son las propuestas más resaltantes en política exterior que hizo el recién elegido presidente de la nación suramericana Gustavo Petro a pocas horas de conocerse su victoria el pasado domingo 19 de junio, convirtiéndose en el primer mandatario de izquierda en la nación neogranadina.
“Se trata de establecer un diálogo con las Américas. Me han llamado casi todos los presidentes de América Latina. Creo que hoy sí podremos proponer, con este triunfo, un diálogo en las Américas sin exclusiones de ningún pueblo, en toda la diversidad que es América”, declaró frente a cientos de simpatizantes.
Estados Unidos también está en la agenda exterior de Petro, quien señaló la necesidad de establecer conversaciones en torno a la responsabilidad de ese país en la emisión de gases de efecto invernadero y las consecuencias en el cambio climático, especialmente para los países latinoamericanos.
“Llegó el momento de sentarnos con el Gobierno de los Estados Unidos y hablar sobre lo que significa el hecho de que allá se emitan gases de efecto invernadero y aquí los absorbemos en nuestra selva amazónica. Si allá se emite ¿por qué no dialogar? ¿por qué no establecer otra manera de entendernos?
Hay que ayudarnos”, indicó, al tiempo que propuso tanto a EE.UU. como al resto de los países de América Latina a iniciar un proceso de diálogo “para acelerar la transición energética y la construcción de la economía descarbonizada”.
“¿Cómo un gobierno que pretende ser un gobierno de la vida no podría proponer la construcción de la economía de la vida? Propongo integrarnos más decididamente», agregó.
Dejar atrás los sectarismos. Para Petro, su elección representa la oportunidad de emprender una nueva historia, no solo para Colombia, sino para el resto de la región con un papel más activo de su país en la resolución de problemas comunes. “Lo que viene es un cambio de verdad, un cambio real. Nos comprometemos con la existencia de la vida misma, no vamos a traicionar a ese electorado, que ha llegado a la historia», manifestó.
Por ello, una de las primeras cosas que reafirmará en su gobierno, una vez que tome el cargo el próximo 7 de agosto, será dejar de lado los sectarismos y las venganzas, algo que podría traducirse, según expertos en el tema, en una mayor apertura hacia el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a quien el actual mandatario Iván Duque desconoce y que, por el contrario, ha mantenido un estrecho contacto con la oposición venezolana y su líder Juan Guaidó.
No obstante, en este punto vale recordar las declaraciones que ofreció Petro al medio colombiano Semana, el pasado febrero, cuando señaló a Maduro de encontrarse “dentro de las dirigencias de la política de la muerte”.
Colombia, potencia mundial de la vida
En su discurso del pasado domingo, Petro indicó que su gobierno apostará por la vida para llevar a Colombia a ser “una potencia mundial de la vida”, teniendo como pilares a la paz, la justicia social y la justicia ambiental.
En este sentido, insistió en promover el diálogo en la región y que este sea vinculante: “El cambio debe empezar a construirse a partir del diálogo vinculante. Que lo que se decida regionalmente para acabar los conflictos violentos, se vuelve norma y obligatorio, se cumpla. Diálogos regionales que nos permitan mirar el conflicto en su historia. Sobre esta base, que podamos construir las reformas que necesita Colombia para poder convivir en paz”.