Por Carolina Guzmán
El 2022 ha sido un año de recuperación económica luego de los estragos del confinamiento debido a la pandemia del covid19 que aún persiste. El 2023 no resulta ser muy alentador para la economía mundial. Los economistas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), prevén un aumento del 1,0%, lo que representa una brusca caída respecto del 3,4% previsto anteriormente.
Puntos destacables en la página oficial de la OMC
El PIB mundial a tipos de cambio del mercado aumentará un 2,8% en 2022 y un 2,3% en 2023 (revisado a la baja respecto del 3,2%).
El comercio y la producción se verán frenados por diversas perturbaciones conexas, como la guerra en Ucrania, los elevados precios de la energía, la inflación y el endurecimiento de las políticas monetarias.
En el segundo trimestre, las exportaciones de mercancías de la región de la CEI registraron una disminución intertrimestral del 10,4% y las importaciones cayeron un 21,7%.
Oriente Medio registrará el mayor crecimiento del volumen del comercio de todas las regiones en 2022, tanto en lo que respecta a las exportaciones (14,6%) como a las importaciones (11,1%).
En el segundo trimestre de 2022, el valor del comercio de mercancías en dólares de los Estados Unidos aumentó un 17% interanual.
En agosto, los precios de la energía registraron un aumento interanual del 78%, mientras que los precios de los alimentos se incrementaron un 11%, los de los cereales un 15% y los de los abonos un 60%.
Estas informaciones nos indican que el 2023 será muy duro para el comercio internacional. Un endurecimiento de las políticas monetarias significa menos acceso al crédito, lo cual con una tasa alta dificulta la creación de nuevos negocios e imposibilita el acceso al crédito.
Los conflictos internacionales agravan el panorama, y no se vislumbra una pronta solución a los mismos, por lo cual veremos la producción de alimentos afectada y los precios de la canasta básica disparados. Rusia y Ucrania son de los principales productores de cereales del mundo y su conflicto impacta de manera negativa no sólo a los países de la región, sino también a todos los que se suplen con dichos cereales.
Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) los países que representan más de un tercio del producto mundial se van a contraer durante el año próximo. Es decir, las principales economías del mundo tendrán grandes estragos, lo que proyecta un panorama sombrío para el resto del mundo.
A todo esto, la política monetaria siempre tiende a subir para controlar la inflación, por lo cual el acceso a crédito se ve restringido. Todo esto se hace para reducir el consumo, y así evitar que los precios sigan subiendo. Debido a la crisis que se avecina es imperante mantener la prudencia ante los gastos apresurados en esta temporada navideña que nos invita a gastar más de lo usual y a prepararnos económicamente para sobrellevar los estragos económicos que traerá el 2023.