En 1972 la Nasa suspendió el programa Apolo, mismo que algunos años atrás había logrado realizar 22 misiones fuera de la atmósfera terrestre, llevar a 12 hombres a la luna y que había posicionado a EE. UU. como indiscutible ganador de la carrera espacial frente a la hoy extinta Unión Soviética.
El fin del programa Apolo significó también el fin de la carrera interplanetaria.La Nasa, después del éxito del Apolo 11, vio como poco a poco su presupuesto fue reduciéndose y el interés por la ciencia no fue suficiente para financiar el resto de las misiones interestelares que se habían planeado. Por su parte, el programa espacial soviético quedó relegado a un lejano segundo plano con los crecientes problemas políticos de la URSS. Así, el sueño de que el hombre regresará a la Luna o visitará Marte se puso en pausa.
En el último par de décadas hemos visto que el interés por el espacio, la Luna, Marte, e incluso Venus, ha resurgido fuertemente. Sin embargo, esta nueva carrera interplanetaria tiene nuevos actores e intereses, pues ahora los motivos políticos son muy pocos, pues hoy hay una clara conveniencia económica.
Iniciativa privada
Hace cincuenta años las misiones espaciales, tanto de EE. UU. como de la URSS eran organizadas y financiadas por completo por el Estado, la iniciativa y las empresas privadas solo tenían un pequeño papel de subsidiarios. Sin embargo, en la actualidad los avances revolucionarios en ciencia y tecnologíahan permitido que la batuta ahora la lleven empresas privadas.
Desde hace varios años las empresas privadas se han preocupado por poner satélites en órbita, por lo que han incentivado el adelanto tecnológico en la búsqueda de cohetes y lanzamientos más baratos. Es aquí donde nombres como Space X, de Elon Musk, Blue Origin,de Jeff Bezos o Grupo Virgin de Richard Branson resuenan, porque han desarrollado el aterrizaje vertical lo que significa un gran paso para hacer las misiones a la Luna o a Marte más baratas pues el cohete quedaría en las condiciones óptimas para ser reutilizado.
La iniciativa privada, sin duda tiene grandes planes para la exploración espacial y definitivamente el más ambicioso es Breakthrough Starshot, proyecto fundado por Stephen Hawking y Mark Zuckerberg y que pretende lanzar una serie de nanonaves impulsadas por rayos de luz hasta nuestra galaxia más cercana Alfa Centaury.
La presión de China
Aunque la exploración espacial por parte de China empezó muy tarde, el gigante asiático se ha posicionado como uno de los países con más avance espacial, sobre todo después de alunizar en el lado oculto de nuestro satélite. De alguna manera esto alertó al gobierno de Donald Trumpquien decidió adelantar el regreso del hombre a la Luna cuatro años, dejando tentativamente el 2024 y no el 2028 como estaba previsto, además de anunciar nuevos y ambicioso proyectos como la llegada de una mujer a la Luna o la fundación de una estación espacial.
Muchos expertos han querido ver en esto un regreso a la carrera espacial con China como nueva protagonista, sin embargo, el gobierno chino ha afirmado tajantemente su desinterés por participar en algo así.
Con todo, la carrera interplanetaria parece que ha tomado un nuevo y poderoso impulso, ya sea auspiciada por las empresas particulares o por los gobiernos de China o EE. UU. parece que el viaje del hombre por el espacio va a tener importantes avances en las siguientes décadas.
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