AUTOR: Janet Queffelec Padrón
Los países insulares, específicamente aquellos enclavados en las islas pequeñas se enfrentan a su desaparición al estar severamente afectados con el cambio climático que ha propiciado un aumento en el nivel del mar.
Así lo advierte el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado el 28 de febrero. El IPCC lo componen 195 Estados Miembros y fue establecido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) a fin de facilitar a los dirigentes políticos evaluaciones científicas periódicas del cambio climático, a la vez de proponer estrategias de mitigación.
En el informe se indica que las islas pequeñas, como Tuvalu en el océano Pacífico o las Maldivas en el Índico, “se ven cada vez más afectadas por los aumentos de temperatura y una mayor proporción de los ciclones tropicales más intensos”, así como sequías, cambios en los patrones de precipitación, blanqueamiento de corales y especies invasoras.
Asimismo, pronostica un incremento de las inundaciones en esos territorios. Las estimaciones proyectadas en el aumento del nivel del mar para 2050 en comparación con el periodo entre 1994 y 2014 varía de 18 a 24 centímetros, “y en el peor de los casos podría ser de 15 a 40 centímetros, lo que duplicará la frecuencia de inundaciones en gran parte del Océano Índico y Pacífico Tropical”.
Agrega que el cambio climático significa un riesgo para los “asentamientos costeros de baja altitud”, a la vez que señala que “en las próximas dos décadas, el planeta afrontará diversos peligros climáticos inevitables con un calentamiento global de 1,5 °C. Incluso si se supera temporalmente este nivel de calentamiento, se generarán impactos graves adicionales, algunos de los cuales serán irreversibles”.
Es por ello que el IPCC insiste en la necesidad de alcanzar “reducciones rápidas y pronunciadas de las emisiones de gases de efecto invernadero”. Entre sus recomendaciones, hace hincapié en restaurar los ecosistemas degradados y establecer programas para conservar entre un 30% y 50% los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce. Con ello, “la sociedad puede beneficiarse de la capacidad de la naturaleza para absorber y almacenar carbono, y podemos acelerar los avances en la consecución del desarrollo sostenible, pero es fundamental contar con el apoyo financiero y político adecuado”.
Países amenazados con desaparecer
La elevación en el nivel del mar afecta a los Estados insulares como Tuvalu, un país ubicado en el océano Pacífico y que está siendo afectado por la inundación de sus territorios, a lo que se suma la limitación de sus fuentes de agua potable.
Ante este panorama, en noviembre de 2021 el ministro de Justicia, Comunicaciones y Relaciones Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe, dirigió unas palabras a los países participantes en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) que se realizó ese mismo mes en Glasgow, Escocia, en las que señaló que partes del territorio -conformado por nueve pequeñas islas- se han sumergido bajo las aguas del mar. “Es una nación insular de baja altitud, el punto más alto sobre el nivel del mar es de 4 metros. Nos estamos hundiendo, pero lo mismo le pasa a todo el mundo”, apuntó.
Tuvalu está conformado por atolones o islas coralinas oceánicas, al igual que las Maldivas (océano Índico) y Kiribati (océano Pacífico). Por tal razón, el incremento en la temperatura del océano provoca el blanqueamiento de los arrecifes de coral y su eventual desaparición. A esto se agrega que el océano se está filtrando bajo las islas de Tuvalu, perjudicando los acuíferos y obligando a la población a depender solo del agua de lluvia.
“El blanqueamiento severo de corales, junto con disminuciones en la abundancia de corales, han sido observados en muchas islas pequeñas, especialmente aquellas en los océanos Pacífico e Índico”, alertan los expertos del IPCC.
Asimismo, advierten sobre una decoloración severa de los corales en los pequeños Estados insulares antes de 2040. En el estudio se indica que de mantenerse una temperatura global de 1,5°C habrá una pérdida de corales formadores de arrecifes entre 70% y 90%, mientras que el daño será mucho mayor -hasta 99%- si la temperatura llega o sobrepasa los 2°C.
Igual suerte corre Atafona, un balneario y pueblo de pescadores ubicado al norte de Brasil y a orillas del océano Atlántico, donde anualmente quedan sumergidos territorios porque el mar avanza hasta seis metros. Para febrero de 2022, 500 casas habían quedado bajo las aguas. Sumado al cambio climático, la barrera natural de sedimentos en sus costas se ha debilitado porque en 1950 se desvió el cauce del rio Paraíba do Sul.