Autor: Janet Queffelec Padrón
Las crisis migratorias en Centroamérica y las tensiones entre Estados Unidos y China son los principales hitos que han marcado las relaciones internacionales en 2021.
Cabe referir que el cambio climático ha acaparado la atención mundial durante este año y la preocupación de la humanidad se resume en las palabras del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, cuando se refirió al punto de inflexión para, sin demoras, emprender acciones climáticas ambiciosas.
«Hemos llegado a un punto de inflexión sobre la necesidad de la acción climática. La alteración de nuestro clima y nuestro planeta ya es peor de lo que pensábamos, y está avanzando más rápido de lo previsto. Ahora tenemos cinco veces más desastres meteorológicos registrados que en 1970 y son siete veces más costosos. Los costosos incendios, las inundaciones y los fenómenos meteorológicos extremos están aumentando en todas partes. Estos cambios son sólo el comienzo de algo peor”, declaró Guterres, el pasado 16 de septiembre.
En este contexto, se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) que culminó el 13 de noviembre con un acuerdo en Glasgow, Escocia, el cual ha sido duramente criticado por activistas ambientales y naciones menos desarrolladas. En dicho documento, se ratificó el Acuerdo de París para mantener el alza de la temperatura global en 1,5 grados centígrados, mientras que los países desarrollados se comprometieron a elevar los fondos de asistencia para países pobres por encima de los 100 mil millones de dólares anuales.
No obstante, por presiones de China e India, el acuerdo final fue modificado a último momento, con lo cual mantendrán el uso del carbón para el crecimiento de sus economías más allá del año 2050, fijado como la meta de carbono cero durante la cumbre del G7. En el caso de China, el país cumplirá esta previsión en 2060 y la India en 2070, dos décadas después de lo establecido.
Es importante apuntar que en junio, la Cumbre del G7 acordó reducir a cero las emisiones de carbono para el año 2050 en un intento de frenar el incremento de la temperatura en 1,5 grados centígrados.
Migraciones descontroladas
En México ha aumentado considerablemente el flujo de migrantes que buscan asilo en Estados Unidos. Las autoridades mexicanas han detectado más de 190.000 migrantes ilegales, entre enero y septiembre de este año, lo que representa una cifra tres veces superior a 2020. De esta cantidad, 74.300 han sido deportados.
Las caravanas de migrantes se han incrementado desde que Joe Biden asumió la presidencia de Estados Unidos en enero pasado, atraídos por su promesa de eliminar el programa Permanecer en México – conocido oficialmente como Protocolos de Protección al Migrante, MPP- el cual fue instaurado por su predecesor Donald Trump y que obliga a los solicitantes de asilo esperar en suelo mexicano las audiencias ante los tribunales de EEUU. Sin embargo, la administración de Biden se ha visto obligada a revitalizar dicho programa, tras dictámenes de un juez federal y de la Corte Suprema.
Los migrantes proceden en su mayoría Honduras, Guatemala, El Salvador, Guatemala, Cuba, Haití y Venezuela. Las peticiones de asilo se relacionan con la violencia, amenazas, reclutamiento forzado, extorsión y situación de vulnerabilidad que afecta a miles de personas de Centroamérica, Cuba y Venezuela.
Las llamadas caravanas de migrantes que intentan ingresar a Estados Unidos no han parado en México, lo que ha llevado a sus autoridades a establecer acuerdos para lograr una salida a la crisis. El más reciente se alcanzó el 23 de noviembre con 2.500 migrantes que venían desde la frontera sur de la nación azteca, quienes obtuvieron permisos de visitantes por razones humanitarias y serán trasladados a 10 estados de México. El Instituto Nacional de Migración (INM) les ofreció alojamiento en albergues y empleo.
Cabe mencionar igualmente la crisis migratoria en la frontera de Bielorrusia con Polonia y Lituania que aumentaron las tensiones con la Unión Europea.
Los migrantes intentan huir de la crisis en sus países de origen del Medio Oriente y África, entre los que se encuentran Siria, Irán, Libia, Irak, Congo, Etiopía, Yemen y Afganistán, atraídas por la simplificación de trámites por parte de las autoridades bielorrusas, con la esperanza de ingresar a territorio polaco y lituano como puerta de entrada a Europa.
La Unión Europea ha acusado a los presidentes de Bielorrusia y Rusia, Aleksandr Lukashenko y Vladímir Putin, respectivamente, de promover las oleadas migratorias para desestabilizar a la región, lo que ha sido desmentido por ambos mandatarios.
Ante la llegada de más migrantes, Bielorrusia comenzó a mediados de noviembre a aplicar medidas más restrictivas para impedir la entrada especialmente de personas provenientes de zonas en conflicto como Siria, Irán, Yemen y Afganistán.
Salida de EEUU de Afganistán
La salida de las tropas de Estados Unidos y de sus aliados de la OTAN de Afganistán marcó el fin de las “guerras eternas”, tal y como lo expresó el presidente estadounidense Joe Biden, y del conflicto bélico más largo en la historia de EEUU.
Tras 20 años de ocupación, las cifras son desalentadoras al reportarse 2.400 militares estadounidenses fallecidos y 2,3 billones de dólares en gastos, sin que se alcanzaran los objetivos y con el regreso de los talibanes nuevamente al poder el 15 de agosto, cuando tras tomar varias ciudades, finalmente llegaron a la capital de Kabul.
La retirada de las tropas estadounidenses fue duramente criticada por amplios sectores, tomando en cuenta la situación de vulnerabilidad a la que quedó expuesta la población civil en Afganistán, especialmente las mujeres, ante el regreso de los talibanes y la operatividad de Al Qaeda. A lo que se añade un posible fortalecimiento de estos grupos terroristas.
Tensiones entre EEUU y China
La escalada de hostilidades entre Estados Unidos y China, apuntalada en el gobierno del expresidente Donald Trump, continúa bajo la administración de Joe Biden, quien a finales de noviembre incluyó en una lista negra a otras 12 empresas del gigante asiático, por supuestamente representar una amenaza a la seguridad nacional. Ya en abril unas siete empresas fueron puestas en una lista por vínculos con el ejército chino.
En este contexto, es importante tomar en cuenta el volumen comercial entre ambas naciones que en 2020 alcanzó los 615 mil millones de dólares, por lo que de agudizarse un conflicto este tendría consecuencias para el comercio mundial. A esto se suman los esfuerzos de China en los últimos años en equiparse con buques, submarinos, aviones de combate y misiles.
En este panorama, EEUU desafía al gobierno chino al enviar una delegación de congresistas a Taiwán en noviembre, además de extenderle una invitación a una cumbre virtual sobre democracia, lo que ha molestado a Pekín que insiste en señalar que Taiwán es parte inalienable de China.