Economía venezolana presenta señales debilitamiento tras lenta recuperación desde 2021

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Economía venezolana presenta señales debilitamiento tras lenta recuperación desde 2021

Proteccionismo vs Liberalismo Comercial
Análisis Entorno Macroeconómico de Venezuela
Devaluación o Apreciación de la Moneda: Retos, Desafíos y Oportunidades

AUTOR: Janet Queffelec Padrón

El repunte de la economía venezolana desde mediados de 2021, con el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y el fin de un largo proceso de hiperinflación, representa un panorama alentador, aunque no suficiente.

El país atravesó una fuerte recesión que se inició en octubre de 2014 y una hiperinflación que se mantuvo desde el último trimestre de 2017 hasta mediados de 2021, con picos altos como el registrado en 2018 que se ubicó en 130.060%.

Desde el segundo semestre de 2021, la economía venezolana mostró señales de una lenta recuperación, pero en los últimos meses exhibe una desaceleración por la devaluación de la moneda. A esto se suma que la inflación en Venezuela sigue siendo la más alta en la región lo que merma el consumo interno, con salario mínimo y pensiones que apenas superan los 5 dólares.

Signos de estancamiento

El más reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) del pasado mes de febrero estima para este 2023 un crecimiento del PIB de 6,5% para Venezuela lo que coloca al país con la tasa más alta entre las naciones de América del Sur. También indica un alza constante desde 2022 cuando el organismo reportó 6%, en contraste con 0,5% de 2021.

No obstante, la inflación se mantendrá alta para este año con un estimado del FMI de 150% aunque muy por debajo de 2022 (220%) y 2021 que se ubicó en 686,4%.

Las cifras resultan esperanzadoras, luego de un periodo de ocho años de fuerte contracción económica que llevó a un descenso de más del 75% del PIB entre 2013 y 2021, porcentaje que ha sido el más alto en las últimas 50 décadas en una nación que no enfrenta un conflicto bélico, señaló un grupo de expertos del FMI en diciembre pasado. 

Cabe destacar que la pandemia por Covid-19 agravó aún más la situación económica, registrándose en 2020 un 95% de venezolanos por debajo del umbral de pobreza.

Estimaciones del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) indican que en los dos primeros meses de 2023 la inflación acumulada fue de 67,7% y la anualizada 537,7% este último porcentaje por encima al registrado en febrero de 2022 de 440%.

El OVF señala además que el crecimiento económico en 2022 disminuyó paulatinamente desde 18,6% en el primer trimestre a 15,8% en el segundo; 11,5% de julio a septiembre y finalmente cerrar con 9,1% en los tres últimos meses.

Es importante acotar que la falta de estadísticas actualizadas por parte del Gobierno de Venezuela –lo que los expertos llaman opacidad- dificulta el análisis del contexto económico en el país. 

Al alza en la inflación contribuye la aplicación desde el año pasado del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF) sobre el porcentaje a compras realizadas en divisas extranjeras, lo que se ha traducido en un incremento de hasta 50% en los precios fijados en dólares.

Asociaciones de comerciantes agrupados en Consecomercio exigen que se derogue el IGTF al considerarlo un impuesto inflacionario que provoca alzas hasta de 14% en el precio de los productos e impactó en una merma de 40% en las ventas a enero de este año, al compararlo con el mismo mes en 2022.

Empresarios e industriales venezolanos coinciden en que son necesarios cambios que favorezcan la producción e impulsen la actividad económica que incluyen acabar con la competencia desleal de artículos importados, abrir fuentes de financiamiento, asegurar suficientes divisas, eliminar los ilícitos aduaneros y evaluar el cobro de tributos fiscales porque son excesivos.

Producción petrolera

Uno de los mayores retos del gobierno del presidente Nicolás Maduro es lograr la recuperación en la producción de petróleo. En enero de 2019, Venezuela extraía 1.106.000 barriles diarios, lo que indicaba una reducción de la producción en dos tercios durante 20 años.

Fue entonces, cuando el gobierno de Estados Unidos, presidido por Donald Trump, firmó varias órdenes ejecutivas para sancionar a Petróleos de Venezuela (PDVSA) lo que ocasionó la caída brutal de la producción a 434.000 barriles por día para noviembre de 2020, de acuerdo a datos de la OPEP.

Sin embargo, en el último semestre de 2021 la producción de crudo, principal fuente de riqueza para el Estado venezolano, empezó a incrementarse hasta alcanzar unos 718.000 barriles diarios para diciembre de ese año. En febrero de 2023 la producción fue de 700.000 bpd y no se ha logrado remontar para alcanzar la meta de 3 millones bpd. 

Reconocimiento internacional

Aunque tímidamente, el presidente Nicolás Maduro ha ido ganando espacio en la diplomacia internacional gracias a varios factores como el ascenso de mandatarios afines a su proyecto político en países como Honduras, Brasil y Colombia.

El panorama cambió radicalmente con Colombia desde que asumió la presidencia Gustavo Petro en agosto de 2022 lo que ha favorecido la apertura de la frontera, el nombramiento de embajadores y el restablecimiento del intercambio económico. 

Incluso, el mandatario colombiano ofreció el pasado 28 de marzo convocar una conferencia internacional para construir una hoja de ruta “que permita el dialogo político efectivo de la sociedad y el gobierno venezolano”, un proceso de negociación que se estancó en México.

En 2022, Estados Unidos envió delegaciones de alto nivel a Caracas, lográndose la liberación de seis exejecutivos de la petrolera Citgo que permanecían presos en Venezuela. Semanas después el gobierno de Joe Biden excarcelaba a dos sobrinos de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores, condenados a 18 años por narcotráfico. 

El año pasado EE.UU. flexibilizó las sanciones con la autorización a la trasnacional Chevron de incrementar sus negocios petroleros en Venezuela, pero la Casa Blanca insiste en que se avance a pasos firmes en las negociaciones en México, que se garanticen los derechos humanos y se convoquen elecciones presidenciales libres y justas. 

Maduro también tuvo la oportunidad de asistir a la cumbre del clima en Egipto durante 2022 y conversó brevemente con el presidente francés Emmanuel Macron, quien asomó la posibilidad de establecer una agenda bilateral. 

Mientras que España nombró en diciembre pasado a su embajador en Caracas, cargo que se mantenía vacante desde 2020. 

A su vez, la Unión Europea (UE) analiza la evolución política en Venezuela y considera una flexibilización de las sanciones, en vista de la nueva realidad que se plantea en la región con mayor apertura hacia el gobierno de Maduro. 

«Estamos dispuestos a revisar las sanciones impuestas al Gobierno de Nicolás Maduro si se avanza en el diálogo», apuntó en diciembre pasado Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores. 

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