Rusia pone en marcha la guerra híbrida y concreta la invasión a Ucrania

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Rusia pone en marcha la guerra híbrida y concreta la invasión a Ucrania

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AUTOR: Janet Queffelec Padrón

La guerra híbrida y la estrategia de desgaste que ha emprendido Rusia desde hace varios meses ha dado como resultado la invasión a Ucrania, lo que ha despertado los temores en Europa de un conflicto bélico a gran escala.

A pesar de los esfuerzos diplomáticos de la Unión Europea, Estados Unidos y sus aliados para frenar las ambiciones del presidente ruso Vladímir Putin, el 24 de febrero las tropas rusas ingresaron a Ucrania.

Días antes, el lunes 21 de febrero, tras intensas semanas en las cuales líderes europeos y de EE.UU. intentaron convencer a Rusia para que desistiera de sus planes de ocupación, Putin firmó una orden donde reconocía la independencia de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, al este del territorio ucraniano en la provincia de Donbás, y el despliegue del ejército ruso en esas zonas para el “mantenimiento de la paz”.

Tres días después, se había concretado la invasión de Ucrania, luego que Putin anunciara una operación militar en suelo ucraniano para defender supuestamente a Donetsk y Lugansk que en 2014 se declararon repúblicas populares de facto y prorrusas. 

En un mensaje por televisión, Putin justificaba la acción por un pedido de ayuda de las regiones separatistas y como respuesta a una supuesta agresión de la OTAN hacia Rusia, por lo que exigió al ejército ucraniano que depusiera las armas.

 Una vez más, como lo ha hecho en los últimos meses, Putin aseguró que no buscaba una ocupación de Ucrania, aunque lanzó la advertencia a aquellos que intenten interferir con sus planes. “Deben saber que la respuesta de Rusia será inmediata y conducirá a consecuencias que no han conocido jamás», fue la amenaza del mandatario ruso.

Momentos después de su mensaje, iniciaron los bombardeos y el ingreso de tropas rusas por Crimea, Lugansk y la región de Kiev. Esto llevó a Ucrania al rompimiento de relaciones diplomáticas con Rusia, que fue anunciado por su presidente, Volodimir Zelenski, a una movilización de todas las personas en edad de servir en el ejército y a un toque de queda en Kiev. Horas antes, el mandatario ucraniano había decretado la ley marcial.

Fue así como el principio de la integridad de las fronteras, respaldado por los países europeos tras la Segunda Guerra Mundial, fue pateado por Rusia, así como el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk 1 y 2 firmados entre septiembre de 2014 y febrero de 2015 con el propósito de buscar una resolución al conflicto en Ucrania.

Todo esto ha llevado a que Europa se enfrente al abismo de una guerra a gran escala.

Operación militar en marcha

El jueves 24 de febrero las tropas rusas invadieron Ucrania por Vilcha en la región de Kiev, un punto fronterizo ubicado a 50 kilómetros de Bielorrusia , según reportes del Servicio Guardafrontera ucraniano.

Este día, el Gobierno de Ucrania reportaba ataques aéreos y con misiles rusos a nueve ciudades que dejaron en las primeras horas de la mañana un saldo de 40 soldados ucranianos muertos y decenas de heridos entre la población, mientras se iniciaba el éxodo de ciudadanos hacia naciones vecinas en busca de seguridad. De acuerdo al reporte del mandatario, los bombardeos alcanzaron instalaciones y pistas de aterrizaje para uso militar, así como aeropuertos.

Odesa es la tercera ciudad más grande de Ucrania y fue afectada por el asalto ruso, al igual que otras localidades como Ivano-Frankivsk, Jmelnitsky, Chernígov, Járkov, Kiev, Nikolaev, Jerson y Kramatorsk.

Rechazo de UE y OTAN

La reacción de la Unión Europea no se hizo esperar. En un comunicado, el Consejo Europeo enfatizó que “el ataque militar de Rusia contra Ucrania -un Estado independiente y soberano- es una violación flagrante del derecho internacional y de los principios fundamentales sobre los que se asienta el orden internacional basado en normas”, por lo que exigió a Rusia el retiro inmediato de sus tropas y el cese de sus operaciones militares en el territorio ucraniano.

Para este día, se convocó una reunión de emergencia en el bloque europeo para analizar la situación y las acciones a tomar ante la invasión de Ucrania. En el citado comunicado, anunciaron “medidas restrictivas tanto sectoriales como individuales coordinadas plenamente con nuestros socios transatlánticos y afines”.

Mientras que la OTAN notificó este 24 de febrero que activará los planes de defensa para reforzar la protección de los países de Europa del este. En ese sentido, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, subrayó que mientras Occidente buscaba una solución por la vía diplomática, Rusia por el contrario había planeado una invasión de Ucrania “a sangre fría”, aunque para este jueves había descartado el envío de la alianza militar a ese país.

Hasta ahora, tanto la Unión Europea como Estados Unidos han respondido con severas sanciones y la posibilidad de que estas se incrementen si Rusia insiste en su plan de invasión.

El 24 de febrero la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció la implementación de nuevas sanciones que “suprimirán el crecimiento económico de Rusia, incrementarán los costes de endeudamiento, aumentarán la inflación, intensificarán la salida de capitales y erosionarán de forma gradual su base industrial”, aunque no ofreció mayores detalles de las medidas.

Mientras que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presentó el 22 de febrero un paquete de medidas para el total bloqueo de la institución financiera Corporación Estatal de Desarrollo de Rusia (VEB) encargada de gestionar deuda del Estado y los fondos de pensiones, y su banco militar (Promsvyazbank). “Estamos cortando al gobierno ruso de las finanzas occidentales. Rusia no podrá hacer dinero de Occidente y no podrá negociar su deuda en nuestros mercados o en mercados europeos», explicó Biden.

Igualmente, Reino Unido sancionó a los bancos rusos Rossiya, IS Bank, General Bank, Promsvyazbank y Black Sea Bank. También impuso medidas contra Igor Rotenberg, Boris Rotenberg y Gennady Timchenko.

Asimismo, Japón informó sobre sanciones para prohibir la emisión de bonos y congelará activos de varios ciudadanos rusos, mientras que Australia enfocará sus medidas contra bancos, transporte, energía, petróleo, gas y telecomunicaciones.

Por su parte, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, suspendió la aprobación del gasoducto Nord Stream 2 el cual fue culminado en septiembre de 2021 y solo faltaba la certificación del país germánico y de la Unión Europea para su puesta en operaciones.

Rusia se siente segura

Recientemente, el gobierno ruso emitió un comunicado en el que asegura que la nación “dispone de recursos financieros suficientes para garantizar la estabilidad del sistema financiero en condiciones de sanciones y amenazas externas”.

Expertos indican que el gobierno de Putin se ha preparado con suficiente antelación para contrarrestar las sanciones de Occidente.  Por ello, en los últimos años ha elevado sus reservas internacionales, tanto en oro como divisas extranjeras, a 630.000 mil millones de dólares. A la vez, ha buscado nuevas oportunidades de negocios, préstamos e inversiones, más allá de Occidente. Asimismo, ha hecho recortes en su presupuesto para garantizar la estabilidad, más que el crecimiento económico.

Una guerra híbrida

Los analistas han advertido sobre la guerra no convencional que se planteó Rusia, desde hace varios meses. Se trata de la guerra híbrida que busca crear tensión en Ucrania, inyectar una buena dosis de miedo en su población, dañar su economía, desestabilizar políticamente al país y sembrar la incertidumbre entre sus ciudadanos.

Para ello, ha utilizado varios mecanismos, como mercenarios que se han infiltrado en las protestas de finales de 2013 y principios de 2014 con el propósito de desestabilizar el este de la nación, lo que llevó a la anexión de la península de Crimea y la promoción de los grupos separatistas prorrusos en la región de Donbás.

Una estrategia le ha brindado los mejores resultados, se trata del ciberataque. El mayor ataque masivo lo sufrió Ucrania el 22 de febrero hacia las páginas web del Gobierno y de los bancos. El gobierno del presidente Volodimir Zelenski ha culpado a operadores rusos, bajo el amparo de Putin, pero Rusia lo ha negado.

Rusia y su falta de sinceridad diplomática

Rusia ha insistido en que su objetivo no es invadir Ucrania, sino defender sus fronteras ante la posibilidad de un mayor avance de la OTAN. Incluso, ha manifestado que la presencia de tropas solo se debe a ejercicios militares.

Desde 2017, Ucrania ha anunciado progresos significativos para su adhesión a la OTAN e incluso su parlamento aprobó su incorporación a esta alianza. Rusia ha respondido con una mayor presencia militar, con el desplazamiento de tropas desde marzo de 2021, alcanzando más de 100.000 soldados en noviembre de ese año y llegando a sobrepasar los 130.000 soldados para febrero de 2022.

Luego del ingreso de tropas a nueve ciudades de Ucrania, el canciller ruso Serguéi Lavrov ha manifestado su voluntad de un diálogo justo, aunque los bombardeos no han cesado en varias regiones ucranianas.

Cabe referir que el 28 de agosto de 2021, Putin prometió a la excanciller alemana Ángela Merkel que buscaría apresurar las conversaciones con el gobierno de Ucrania en torno a la situación que se vive en la región del Donbás, al este del país, donde se han registrado enfrentamientos desde 2014, con el saldo de más de 14.000 muertos, entre el ejército ucraniano y los movimientos independentistas que son respaldados por Rusia. No obstante, tres meses después, Rusia movilizó a sus tropas en la frontera con Ucrania.

Ola migratoria

Los analistas pronostican una ola migratoria a gran escala en Europa y la declaración del estado de emergencia en algunas naciones vecinas a Ucrania. El 24 de febrero los residentes de la capital Kiev intentaban abandonar la ciudad hacia zonas del oeste del país, por miedo a un ingreso de las tropas rusas, ocasionando el colapso de las carreteras. Incluso, países del este de Europa como Hungría, Rumania, Moldavia y la República Checa se preparan para recibir a miles de refugiados ucranianos que comenzaron a cruzar las fronteras. En Rumania colocaron una instalación móvil para albergar a unos 200 desplazados, aunque el Gobierno informó que la capacidad podrá aumentarse en la medida en que lleguen más ucranianos. Mientras que Polonia anunció que podrá albergar hasta a un mil

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