La Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno de Andorra: ¿qué debemos esperar para América Latina y el Caribe?

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La Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno de Andorra: ¿qué debemos esperar para América Latina y el Caribe?

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Las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno son eventos bianuales de importancia estratégica para América Latina y el Caribe. En estos encuentros se discuten asuntos esenciales para la región y para países que integran lo que se entiende como “Iberoamérica”. ¿Cuál es su historia?, ¿qué debe esperar el continente latinoamericano y caribeño de la cumbre que se celebra en Andorra?

La Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno: antecedentes e historia

Las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno son una serie de encuentros de mandatarios de países de Iberoamérica. Estos encuentros tienen lugar cada dos años y son organizados por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), que es un organismo internacional que apoya a todos los países asistentes. Actualmente, la comunidad iberoamericana está integrada por los siguientes países: Venezuela, Uruguay, República Dominicana, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cubra, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Guinea Ecuatorial y Puerto Rico. Otro objetivo de la SEGIB es vigilar el cumplimiento de los mandatos de cada cumbre e impulsar la cooperación iberoamericana en los ámbitos de la educación, la cohesión social y la cultura. Es así como este organismo internacional se convierte en un espacio de convergencia para los países miembros.

La I Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno se celebró en Guadalajara en 1991 y delimitó un espacio común de concertación política entre países de habla española y portuguesa. En este primer evento se sentaron por primera vez las bases de lo que serían las cumbres a futuro. En la Declaración de Guadalajara de 1991, los mandatarios manifestaron su voluntad política para propiciar soluciones a las problemáticas de la comunidad y potenciar instrumentos de unidad iberoamericana basados en el diálogo, la cooperación y la solidaridad.

Al mismo tiempo, los países iberoamericanos afirmaron poseer un acervo cultural comúnmente compartido que se debe a la riqueza de orígenes y expresiones cotidianas. Igualmente, sostuvieron que la comunidad iberoamericana se asienta en la democracia, el respeto por los derechos humanos y las libertades comunes, la soberanía y el principio de no intervención. Una contribución particular de esta cumbre y su correspondiente declaración es el reconocimiento de los aportes de los pueblos indígenas al desarrollo y la pluralidad de nuestras sociedades, así como el compromiso con la promoción de la igualdad de las mujeres.

La última cumbre se celebró en la Antigua Guatemala en el 2018. Los países asistentes a la XXVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno manifestaron, a través de una declaración, que es importante trabajar en una Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible. A la vez, expresaron su compromiso por poner fin a la pobreza y el hambre en todas sus formas y dimensiones y avanzar en la construcción de sociedades más democráticas, pacíficas, justas e inclusivas. Esto incluye impulsar medidas de protección a los derechos humanos, la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas. Además, involucra compromisos con el respeto de la identidad étnica y cultural de los pueblos indígenas y afrodescendientes y la protección de los recursos naturales por medio de políticas de desarrollo sostenible. Los aportes de esta cumbre son el impulso a la educación, las universidades, la ciencia, la tecnología y la innovación ciudadana para el desarrollo, con énfasis en la inclusión de personas con discapacidad.

El lugar de América Latina y el Caribe en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno de Andorra

En las cumbres, los países latinoamericanos y caribeños han resaltado por sus problemáticas ligadas a la pobreza, la desigualdad y las violaciones a los derechos humanos derivadas de crisis económicas y políticas. Los estallidos sociales son una gran preocupación para muchos mandatarios de la comunidad iberoamericana. Ciertamente, las cumbres se han convertido en un espacio para conversar sobre esas problemáticas y hallar soluciones a través de la cooperación internacional.

A pesar de las contingencias y restricciones a la movilidad impuestas por la pandemia del COVID-19, la XXVII Cumbre Iberoamericana de Andorra tendrá lugar en modalidad telemática y presencial en Andorra La Bella en el 2021, siendo antecedida por actos de lanzamiento de la Secretaría Protempore de Andorra en el 2019 y por eventos como, por ejemplo, la I Reunión Ministerial Sectorial de Ministras, Ministros y Altas Autoridades de Educación Superior en el 2020.

El objetivo de esta nueva cumbre es promover la innovación para el desarrollo sostenible y crear unidad entre la comunidad iberoamericana frente al reto del COVID-19. Para hacer esta conferencia, los organizadores han incorporado un protocolo contra el coronavirus, que incluye pruebas PCR negativas, el uso obligatorio de mascarillas, la distancia social, la higiene de manos y la desinfección de espacios. Del mismo modo, se han facilitado espacios no presenciales, como ruedas de prensa y declaraciones virtuales.

Desde que se anunció públicamente la celebración de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno de Andorra, la crisis de América Latina y el Caribe sobresalió como tema de discusión pública; sin embargo, no fue integrada oficialmente a la agenda de toma de decisiones. Como lo documenta el medio DW, la inestabilidad política y la tensión social que atraviesan varios países no es un secreto para los mandatarios que asistirán a esta conferencia. Sin duda alguna, el reto de los países latinoamericanos y caribeños será rendir cuentas por cómo están resolviendo sus propias crisis, incluyendo los estallidos sociales y la pobreza acentuada por el COVID-19. Además, deberán informar públicamente sobre cómo han implementado políticas para el desarrollo sostenible y la inclusión de mujeres, pueblos indígenas y afrodescendientes y personas con discapacidad. Seguramente, la situación de derechos humanos en países como Colombia, México, Chile, Brasil y Venezuela será debatida y analizada por toda la comunidad de países iberoamericanos.

La Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno de Andorra sacará a relucir dos circunstancias que han cambiado las relaciones internacionales en América Latina y el Caribe para siempre: la crisis social y económica y la pandemia del COVID-19. La discusión sobre los efectos devastadores del coronavirus en las economías, la posibilidad de tener ingresos solidarios y rentas básicas, y la importancia de garantizar los derechos humanos a la libre movilidad, la expresión, la educación, la salud y el trabajo serán temas importantes para discutir. Indudablemente, esta cumbre será un espacio para imaginar una comunidad iberoamericana de países en la pospandemia, consciente de un nuevo modelo económico y de cooperación que enfatiza la centralidad de la vida.

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