Sin duda el escenario político de América Latina tomó una nueva dirección después de la pandemia de la Covid-19, que junto con los problemas crónicos de la región han desdibujado el panorama para los países de la región, sin duda esta época de incertidumbre se ve reflejado durante las elecciones y los pasados comicios electorales en Perú no son la excepción.
Desde el 11 de abril pasado, Perú se ha visto inmerso en una de las elecciones más inciertas de su historia. Incluso, después de una segunda vuelta no se ha podido declarar oficialmente un ganador. Hasta ahora, lo único certero es que las elecciones no han hecho más que demostrar la polarización de la sociedad peruana, que se divide entre una candidata de derechas Keiko Fujimori (del partido Fuerza Popular) y un candidato de izquierda Pedro Castillo (del partido Perú Libre), quien, parece, será el ganador de la contienda con un margen marcadamente estrecho.
Elecciones inciertas
Definitivamente las proyecciones de los resultados de las elecciones en Perú comenzaron a tener nuevos tintes a raíz de la segunda vuelta, pues a diferencia de otros comicios no se anunció un ganador claro de inmediato, y es que desde los conteos preliminares, incluso desde las encuestas de intención de voto, se veía que la ventaja entre uno y otro candidato era mínima, así que en esta situación cada acta cuenta y puede marcar la diferencia; algo que Keiko Fujimori tiene muy claro y por eso no duda en acusar de fraude y solicitar nulidad de 943 actas.
La estrecha ventaja de Pedro Castillo se fue perfilando poco a poco gracias al conteo de las actas de los votos rurales, sin embargo, esta ventaja es tan pequeña que fácilmente se puede dar la vuelta si se aceptarán las peticiones de nulidad de la candidata (para muchos expertos, incluso, los resultados del voto extranjero podrían ser suficientes para dar la vuelta al resultado final), es por eso que determinar la validez o no de estas actas es crucial para oficializar la victoria de algún candidato.
¿Quién es Pedro Castillo y cuáles fueron las claves de su éxito?
Pedro Castillo el candidato del partido de izquierdas Perú Libre es un maestro, rondero y líder sindical, que se ha identificado como de corte comunista maoísta. Hasta hace algunos años era prácticamente desconocido en la escena política peruana. Fue en 2017 cuando adquirió notoriedad al dirigir una huelga de profesores, que exigían, entre otras cosas, aumento de sueldos.
En 2020 anunció su candidatura a la presidencia por su partido, después de que el candidato Vladimir Cerrón fuera condenado a 3 años y 9 meses a prisión por negociación incompatible y aprovechamiento del cargo. Para sorpresa de muchos, su popularidad durante su campaña presidencial creció como la espuma, sobre todo en las semanas previas a las elecciones de segunda vuelta y es que sin duda Castillo supo ganarse una base de apoyo sólida en las áreas rurales del Perú.
Precisamente, la cercanía con el pueblo es una de sus claves más importantes para el éxito, de hecho, el voto rural fue clave en estas elecciones, pues las actas provenientes de estas zonas se fueron contando a cuentagotas y poco a poco le daban la ventaja. Otra de sus ventajas obvias, fue que el voto a favor de Castillo representaba un voto de castigo contra Keiko Fugimori, su familia y el establishment.
Con el grito de ¡Nunca más un pobre en un país rico! Pedro Castillo se ha hecho con el afecto del 50 % de los votantes peruanos, pero también se ha ganado el descontento del otro 50 % pues ven en él y en sus propuestas de reformas estructurales (como la redacción de una nueva constitución y nacionalización de sectores estratégicos)tintes comunistas peligrosos.
Sin duda, la elección en Perú es un reflejo de la polarización que se vive en Latinoamérica, en donde la pandemia, las crisis económicas y la desigualdad no han hecho más que remarcar las desigualdades en el último año y el resultado es claramente visible en las urnas. En cuanto al futuro del Perú con un candidato de izquierda, lo que podemos afirmar hasta ahora es que a Castillo le hará falta la mayoría en el congreso para hacer las reformas estructurales que quiere, por lo que una vuelta al comunismo se antoja muy complicado.
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