La doctrina Monroe, también llamada la “doctrina de América para los americanos” es una doctrina que postula que las intervenciones de parte de cualquier país de Europa en América serán consideradas un acto de agresión, que justificaría, requeriría o implicaría la intervención de Estados Unidos.
Esta doctrina fue una especie de proclamación de parte de Estados Unidos que dejó en claro su postura frente al colonialismo en América Latina y la restauración monárquica en Europa y la Santa Alianza tras las guerras napoleónicas.
¿Cómo surge la doctrina Monroe?
Esta doctrina surge durante la presidencia de James Monroe, el quinto presidente de Estados Unidos. Fue una consecuencia del bombardeo de las costas de Venezuela por parte de las fuerzas armadas de Francia.
Aunque fue aprobada durante el gobierno de este presidente, fue elaborada por John Quincy Adams, y luego le fue atribuida al presidente Monroe.
Está doctrina surge para comunicarles a los europeos que ningún país de Europa podría interferir en América. Europa no podría invadir, tener colonias o interferir militarmente en el continente americano. Teniendo en cuenta que en esta misma época existían algunas colonias hispanoamericanas, no es posible inferir en si este documento fue redactado con el objetivo de defender la exclusividad del continente americano para aquellos que nacieron en Estados Unidos de América, o si había defendido únicamente el territorio estadounidense para evitar posibles intentos de colonizaciones hispánicas.
Por este mismo motivo es que podemos afirmar que esta doctrina no ha sido muy efectiva ya que aun así existieron diversas intervenciones de parte de Europa en América, como la toma de las Islas Malvinas en el año 1833, la ocupación de España en República Dominicana entre los años 1861 y 1865, el bloqueo a los puertos argentinos de parte de los barcos franceses entre los años 1839 y 1850, el establecimiento de Inglaterra en las costas de Nicaragua, la invasión de los franceses a México y la imposición de Maximiliano de Austria como emperador. Luego, las ocupaciones de las Guayanas (francesas, inglesas), las colonias europeas en el Caribe, la toma de las Islas Vírgenes británicas, las islas de Aruba, Bonaire y Curazao, San Martín, Saba y San Eustaquio.
Existe un testimonio concreto de la época, que muestra las contradicciones y confusiones con respecto a esta doctrina:
Lima, marzo de 1822. Señor José M. Cea.
Mi querido Cea: Los periódicos traen agradables noticias para la marcha de la revolución en toda América. Parece algo confirmado que los Estados Unidos reconocen la independencia americana. Aunque no he hablado con nadie sobre este particular, voy a darle mi opinión. El presidente de la Federación de N. A., Mr. Monroe, ha dicho: «Se reconoce que la América es para éstos». ¡Cuidado con salir de una dominación para caer en otra! Hay que desconfiar de estos señores que muy bien aprueban la obra de nuestros campeones de liberación, sin habernos ayudado en nada: he aquí la causa de mi temor. ¿Por qué ese afán de Estados Unidos en acreditar ministros, delegados y en reconocer la independencia de América, sin molestarse ellos en nada? ¡Vaya un sistema curioso mi amigo! Yo creo que todo esto obedece a un plan combinado de antemano; y ese sería así: hacer la conquista de América, no por las armas, sino por la influencia en toda esfera. Eso sucederá, tal vez hoy no; pero mañana sí. No conviene dejarse halagar por estos dulces que los niños suelen comer con gusto, sin cuidarse de un envenenamiento.
Diego Portales
¿Cuáles son los efectos de esta doctrina?
Teniendo en cuenta los acontecimientos en América del Sur y América Central es que podemos afirmar que esta doctrina solamente intenta proteger a Estados Unidos de cualquier intervención Europea en su territorio.
Además, en el caso concreto de la guerra de las Malvinas en el año 1982, el gobierno de Estados Unidos brindó su apoyo a Margaret Thatcher, dejando de manifiesto que esta doctrina solamente se aplicó a las potencias europeas que no eran aliadas de Estados Unidos.
Entonces, es posible afirmar que al utilizar la frase “América para los americanos”, en Estados Unidos, se refieren a América por todo el continente, sin embargo, “americanos” por -únicamente- los ciudadanos estadounidenses.
La doctrina Monroe y la enmienda Roosevelt
Teodoro Roosevelt, un militar escritor y político estadounidense qué fue presidente de Estados Unidos entre los años 1901 y 1909 dio un nuevo sentido a la doctrina Monroe en el corolario Roosevelt. En este documento, que fue una enmienda de la doctrina Monroe, se consideró a América Latina y el Caribe como los territorios en los que Estados Unidos podría expandir de manera legítima sus intereses comerciales y mantener la hegemonía europea fuera del hemisferio americano.
En esta nueva enmienda queda planteada la necesidad de intervención, de parte de Estados Unidos, ante cualquier país latinoamericano del Caribe que comience a amenazar los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses.
La variante de la doctrina Monroe fue aplicada por primera vez al tomar las aduanas de la República Dominicana del año 1905, para pagar a los acreedores extranjeros del país centro americano en esa época. De esta forma se dio en el mundo una percepción general de “imperialismo yankee”, la percepción de que los estadounidenses buscaban apropiarse del mundo. Luego, en el año 1945, con el inicio de la guerra fría, el imperialismo estadounidense se hizo sentir una vez más en el continente centro y latinoamericano con el objetivo de frenar la amenaza del comunismo soviético en todo el continente. Nuevamente, las acciones de Estados Unidos generaron un rechazo en los habitantes de América Latina y el Caribe.
¿Cómo afecta la doctrina Monroe América Latina?
El mayor riesgo de la implementación de la doctrina Monroe en América Latina se relaciona con el hecho de que Estados Unidos puede, por ejemplo, como lo hizo en su momento en República Dominicana, tomar bienes de un país para pagar las deudas a acreedores financieros.
En artículos anteriores te contamos las dificultades que implica el endeudamiento internacional de los países y las limitaciones que esto implica en torno a la soberanía nacional. La doctrina Monroe podría incluso considerarse una doctrina que sólo debería afectar aquellos acontecimientos que se generan dentro de su territorio nacional y no dentro del territorio nacional de otros países.
En el caso de países que están profundamente endeudados con acreedores internacionales, podríamos preguntarnos qué pasaría si Estados Unidos, de repente, aplica una sanción comercial a Argentina, utilizando la doctrina Monroe. Si el país solicita, por ejemplo, que, ante el endeudamiento, se proceda a pagar de inmediato las deudas con los ingresos del comercio internacional, con la recaudación del estado o, por ejemplo, con tierras estatales.
Existen muchos inconvenientes en torno a este punto ya que, si bien el país está endeudado y debe pagar esa deuda que ha tomado, podemos identificar algunas variables que nos muestran la verdadera injusticia de todo esto. Por ejemplo:
- Los bienes y materias primas que se comercian de manera internacional son el fruto del trabajo de individuos que han dedicado horas días en algunos casos la totalidad de sus vidas en el negocio de la agricultura y de la ganadería. Si Estados Unidos decide, por ejemplo, tomar bienes de exportación para saldar la deuda, estaría literalmente robándole a estas personas y llevándolos a la quiebra.
- Si un país decidiera, por ejemplo, tomar la recaudación del Estado para poder pagar la deuda, el estado ya no tendría dinero para mantener esa gran masa de trabajadores estatales que cobran mensualmente su salario, y por lo tanto, muchas personas quedarían precarizadas en su trabajo. Además, tampoco habría dinero para realizar obras públicas, para mantener la salud pública, la educación pública y otros servicios como la policía, el agua, el mantenimiento de las calles, el asfalto, el gas y demás servicios que el estado financia con el objetivo de proveer y facilitar a los ciudadanos.
- Imaginemos el caso de que Estados Unidos decidiera tomar tierras públicas, es decir, tierras estatales, o tierras fiscales, -como suelen llamarse- para pagar la deuda externa a los acreedores. En ese caso, las tierras fiscales o tierras estatales pasarían a estar en manos de privados que no permitirían a los ciudadanos acceder a estos recursos y tampoco visitarlos. Generalmente las tierras de mayor valor, para los capitales extranjeros, son las que incorporan dentro de sus terrenos lagos, glaciares e importantes recursos naturales cuyo valor para la población es invaluable.
- Una de las cuestiones que no se tienen en cuenta en estos casos es el verdadero deseo de los ciudadanos frente a estas decisiones y responsables de los estados. Si hubieran dado a los ciudadanos la posibilidad de votar sobre el endeudamiento del país ¿habría ellos decidido tomar esa deuda? ¿Será que el gobierno que llevó al país a esa situación de vulnerabilidad internacional estaba representando los intereses de los ciudadanos que luego tendrán que pagar las consecuencias de esas decisiones?
La doctrina Monroe es una forma de velar por los intereses americanos, y no por la independencia de los países centroamericanos y Latinoamérica. Como ciudadanos de países latinoamericanos lo mejor que podemos hacer es defender la soberanía nacional en cada momento en el que tengamos la oportunidad de expresar nuestra opinión política. Además, votar gobiernos que defiendan la soberanía nacional, independientemente de su orientación política de izquierda o de derecha.
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